Matanza de la Escuela Santa
María de Iquique
Este hecho sucedió en 1907
mientras transcurría el periodo presidencial de Pedro
Montt. Dejó centenares de muertos en la escuela Santa
Maria de Iquique. y en la Plaza Manuel Montt ( hoy Mercado Centenario)
Los obreros de las oficinas salitreras
de la región norte de Tarapacá pararon todas sus
actividades en las faenas, tras el deseo de conseguir mejoras
en sus condiciones de vida y laborales, que eran deplorables.
Entre sus peticiones estaba la eliminación del pago con
fichas, jornales a tipo de cambio fijo, balanzas para los pesos
y medidas para las pulperías, escuelas para los obreros,
indemnización y desahucio, entre otras peticiones.
A este movimiento se sumaron otras
oficinas salitreras, entrando en huelga también casi
todo el comercio e industria del norte del país.
Los trabajadores en paro viajaron
a la ciudad de Iquique, llegando el 16 de diciembre. Seis mil
de los huelguistas acamparon en la escuela Santa María
y sus alrededores, Plaza Montt. A medida que avanzaba la huelga,
más y más pamperos se unían a ella, llegándose
a estimar que para el 21 de diciembre eran cerca de 10.000 (algunos
incluso estiman 14.000).
A los pocos días de haber llegado, este gran conglomerado
de trabajadores estaba reunido en la plaza Manuel Montt y en
el establecimiento de la Escuela Santa María, pidiendo
al gobierno que actuara de mediador con los patrones de las
firmas salitreras extranjeras (ingleses) para solucionar sus
demandas. Lamentablemente los patrones se negaban a negociar
debido a que los obreros aun no reanudaban sus actividades.
Luego llegan órdenes de
Santiago para que los manifestantes abandonaran la ciudad y
regresaran a las salitreras. Los manifestantes se rehusaron,
pues intuían que si regresaban a sus labores, sus peticiones
serían ignoradas. El 21 de diciembre, el general Roberto
Silva Renard, máxima autoridad militar de Tarapacá,
actuó sobre la escuela Santa María con soldados
del regimiento O'Higgins y el apoyo de las ametralladoras del
crucero Esmeralda.
Frente a la creciente tensión
que había ya entre los grupos, el 20 de diciembre de
1907 los dirigentes efectuaron una reunión con el intendente
Carlos Eastman Quiroga. Mientras la reunión se efectuaba
en la oficina salitrera Buenaventura, un grupo de obreros con
sus familias trataron de abandonar el lugar y fueron acribillados
en la línea férrea. Como resultado de esta acción
6 obreros murieron y los demás terminaron heridos.
El General Roberto Silva Renard
junto al Coronel Ledesma tenían la misión de desalojar
a los trabajadores en huelga. Se señaló a los
dirigentes del comité de trabajadores que si no salían
del edificio abrirían fuego contra ellos. Ante la negativa
de éstos, el jefe militar ordenó a los soldados
disparar. La multitud, desesperada y buscando escapar, se arrojó
sobre la tropa y ésta repitió el fuego al que
se le añadió el de las metralletas. Producto de
esta acción murieron 195 personas y quedaron 390 heridos,
según datos de Nicolás Palacios, testigo de la
matanza. Otras fuentes contabilizan 3600 muertes.
Los sobrevivientes de la matanza
posteriormente fueron llevados literalmente a sablazos hasta
el local del Club Hípico, y desde allí a la pampa
(zona desértica del norte de Chile, comprendida entre
las regiones de Tarapacá y Antofagasta), donde se les
impuso un régimen de terror.
El impacto social que produjo este
acontecimiento obligó al gobierno de la época
a dictar leyes sociales para comenzar a mejorar las condiciones
laborales de los obreros.
El Gral. Silva Renard solo ejecutó
la orden de desalojo, pero el que dió la orden de disparar
fue el Ministro del Interior Rafael Segundo Sotomayor Gaete.
De las víctimas fatales, cerca del 60% eran peruanos
y bolivianos.
Las consecuencias de este hecho
son claras. Las cifras de heridos y muertos no son menores,
y de la forma en la que fueron muertos fue espantosa. Se puede
sacar en limpio que desde ese momento se reformaría la
forma de trabajo en las salitreras, ya que se promulgaron leyes
que beneficiaron y mejoraron la calidad de vida de los obreros
de las salitreras.
Esta huelga tiene trascendencia
histórica porque marcó el fin de la niñez
política de los trabajadores chilenos: habría
que luchar organizada y sindicalizadamente para lograr sus objetivos.
Este lamentable acontecimiento
se recuerda cada 21 de Diciembre en el Monolito al costado de
la Escuela Santa Marìa( frente al Mercado) visita obligada
de quiènes desean conocer el lugar de los hechos de esta
masacre y rendir silenciosamente sus sentido homenaje.